La bóveda elíptica que cubre este espacio congregacional,
apoyada en luminosa linterna, está surcada por sencillas nervaduras que surgen
de un espléndido medallón de rocalla.
Sobre el balcón del coro, un escudo de la
orden filipense es el único resto de la caja de órgano que realizó José Martín
de Aldehuela.
A través de una puerta, abierta en la
decorada jamba derecha del arco toral, se llega a la sacristía, empezada a
construir en 1796 y atribuida a Martín de Aldehuela. Es un espacio rectangular
muy funcional.
A los pies de la iglesia se dispone un
cuerpo rectangular en disposición transversal al eje del templo, en cuyos
extremos se yerguen las dos sobrias torres que flanquean la fachada principal
del templo, siguiendo una fórmula muy habitual en Ventura Rodríguez, aunque su
ejecución pertenece ya a Martín de Aldehuela.
Entre ambas torres se sitúa la portada principal,
realizada en piedra arenisca rojiza y que se resuelve mediante la superposición
de dos cuerpos integrados por pilastras cajeadas, arco de medio punto, cornisa
sobre ménsulas y frontón partido.
La hornacina del cuerpo superior acoge la
figura de San Felipe Neri, mientras que el escudo del conde de Buenavista
remata el conjunto.
A ambos lados, sendos cestos con frutas, habituales en el
repertorio de Aldehuela, se rematan con óculos ovales que iluminan el coro. Las
dos portadas laterales, se muestran más avanzadas en cuanto a estilo.
Restauración
de la iglesia
En el año 2000, las filtraciones y
problemas de humedad, agravados durante los últimos años, dieron pie a una
actuación conjunta de la Consejería de Cultura y el Obispado, que saneó las
cubiertas, según proyecto de los Arquitectos Miguel Ángel Díaz Romero, José
Ramón Cruz del Campo y José María Romero Martínez.
Asimismo, gracias a los fondos destinados
por el Instituto Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Málaga, con
proyecto redactado por el arquitecto técnico, Pablo Pastor Vega, fue reparada
la fachada, en la que aparecieron y se conservaron pinturas murales del siglo
XVIII, devolviendo al edificio su antiguo esplendor e imagen original.
También se restauraron once tondos del
apostolado, atribuidos a José de Ribera, por Francisco Fuentes Olmo y Francisco
de Paula Ruano Garrido.
Las obras finalizaron en el 2002.
En 2007, se realiza el proyecto de la
rehabilitación del interior del templo, por encargo del Obispado de Málaga. La
ejecución del proyecto, diseñado y dirigido por el arquitecto técnico del
Obispado, Pablo Pastor Vega, fue llevado a cabo por la empresa Obras y
Restauraciones Picasso ORP, contando con una inversión de 600.000 euros.
Las
obras comenzaron el 14 septiembre de 2010, fiesta de la Exaltación de la Santa
Cruz, titular de la parroquia, contando con una duración de quince meses.
Dicha actuación consistió en la
eliminación de las humedades del templo y la impermeabilización de la capilla
subterránea, recuperándola para su uso al culto, sustitución de la solería de
la nave y reparación de la solería original del presbiterio, reparación total
de la instalación eléctrica, pintura general del edificio y finalmente la
adecuación y reordenación de las capillas y retablo.
Capilla subterránea
Estado, antes y después de la restauración
La capilla subterránea del Conde de Buenavista ha sido impermeabilizada para evitar las inundaciones y humedades que sufría y ha sido recuperada para el culto.
La piedra del altar ha sido
donada por el Seminario Diocesano y en ella se ha instalado la talla restaurada
de un crucificado del siglo XVII.
En un espacio anteriormente en desuso junto a
esta capilla subterránea se ha habilitado un columbario con 132 nichos para las
cenizas de los difuntos e, igualmente, se han recuperado las pinturas murales
originales con formas geométricas del acceso.
Otras de las reformas han consistido en la
ampliación del cancel de madera de la puerta principal de la iglesia en 40
centímetros para facilitar que las maniobras de salida y entrada de los tronos
se puedan hacer con mayor holgura.
Además de todas estas obras, se ha llevado
a cabo un programa iconográfico de siete pinturas en las capillas del
presbiterio, realizadas en gran formato por Raúl Berzosa, representando los
siguientes temas:
La Santísima Trinidad, en un óleo detrás del altar mayor, El
Éxtasis de San Felipe Neri y La aparición de la Virgen a San Felipe Neri, en
dos óleos en la parte central.
Los cuatro restantes que se centran en escenas
de la Resurrección de Cristo: La cena de Emaús, La aparición de Cristo a María
Magdalena o Noli me tangere, La duda de Santo Tomás y La aparición en Galilea.
Igualmente, este mismo artista ha
realizado los tondos que se ubican en la nave central sobre los altares de las
cofradías y de San Felipe Neri y que representan a los cuatro grandes profetas
del Antiguo Testamento: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, obras de Raúl
Berzosa.
El tabernáculo del altar mayor, realizado
por el arquitecto José Martín de Aldehuela en 1790, también ha cambiado su imagen.
La anterior imagen de la Fe que lo coronaba se destruyó en 1931, por lo que se
ha realizado una nueva, siendo representada con los atributos habituales
(cáliz, cruz y venda).
Igualmente, se han realizado los dos arcángeles que se
ubican en las columnas laterales del altar mayor, recreando el estilo
escultórico de Fernando Ortiz.
Para culminar, se realizó también
una nueva talla de un crucificado para el interior del baldaquino.
Estas obras son todas del taller de Raúl
Trillo y Salvador Lamas, en madera y policromadas, al igual que la nueva
escultura que también han realizado del titular del templo, San Felipe Neri,
que luce el color burdeos original para la casulla y el bonete a sus pies en
referencia a la Orden Filipense, además de portar las varas de azucenas y el
misal.
De los trabajos de restauración se ha
encargado Enrique Salvo Rabasco, contándose entre ellos la restauración del
crucificado y la cruz original con remates en pan de plata de la capilla
subterránea, el crucificado del siglo XVIII de la sacristía,
la imagen del
Cristo de los Afligidos, en terracota policromada del XVIII, un cuadro del XIX,
copia del Pasmo de Sicilia, obra del pintor renacentista Rafael, y un San
Juanito del siglo XVIII para el recuperado Baptisterio, abierto bajo una de las
torres.
Los altares que albergan las imágenes de
las cofradías de La Sangre, Santa Cruz y Salutación, han sido reformados y
unificados en su diseño según fotografías que se conservan en el archivo
Temboury, dotándolos con unas hornacinas de arco de medio punto y fondo de
mármol rojo, realizándose, además, las heráldicas de las mismas, obras de Raúl
Trillo y Salvador Lamas.
Algo más de una década ha tenido que pasar
para ver este templo de la Santa Cruz y San Felipe Neri recuperado, recobrando
su esplendor dieciochesco de antaño y siendo posiblemente el templo barroco por
excelencia de Málaga y uno de los más bellos que tiene la capital malagueña.
En esta larga tarea hay que destacar el
empeño puesto por los párrocos, D. Manuel Moyano Sanz (q.e.p.d) y D. Gabriel
Pérez Sánchez, el secretario parroquial, José Manuel García Jabato, la Comisión
Pro-Restauración de San Felipe, creada el 16 de marzo de 1998 con Ricardo
Berrocal Delgado como presidente, y los obispos Antonio Dorado Soto y Jesús Esteban
Catalá Ibáñez, siendo este último el que bendijo la reapertura del templo en
una solemne función religiosa celebrada el 27 de noviembre de 2011.
Hermandades
Actualmente, la parroquia de la Santa Cruz
y San Felipe Neri alberga, desde abril de 1941 a la Archicofradía de la
Sangre, como consecuencia del incendio de 1931 de su anterior sede, la
iglesia de la Merced, ocupando actualmente el primer altar del lado del
Evangelio, próximo al Presbiterio.
Igualmente, alberga a otras tres
corporaciones nazarenas de gran prestigio: la Orden Tercera de Siervos de María
(Servitas), desde mayo de 1740;
la Hermandad de la Santa Cruz que se fundó en
1984, en dicha parroquia, aunque no procesionó hasta 1993;
y por último, la
Hermandad de Salutación que se estableció en 1984, siendo la más reciente de la
parroquia.
Sin embargo, la iglesia ha sido sede de
otras Hermandades:
La Cofradía del Santísimo Cristo de los
Milagros y María Santísima de la Amargura que estuvo en este templo durante los
años 1939 a 1945, debido a las obras de reconstrucción de la Ermita de
Zamarrilla, como consecuencia de la Guerra Civil.
La Cofradía de Pollinica desde 1945 hasta
1981, cuando se trasladaron a la iglesia de San Agustín.
Y finalmente, la Hermandad del Descendimiento de 1977
a 1984, año en que se trasladó a la Capilla del Hospital Noble.
Que bonito, Inda!Me ha gustado mucho. Qué historia tan larga tiene!!
ResponderEliminar